Tuesday, May 10, 2011

El Primero: Una Aguita Aromática, como dirían en Colombia

Del equilibio. Esta primera entrada no va a ser propiamente la más alentadora, ni poética de todas. Pero hoy necesito hablar de esto.
Cuando las citas médicas, el tráfico, el jefe, la BB, el café que se regó, el jefe que mira con sospecha y los muchos cumpleaños a los que se falta, chocan por alguna razón, y sin algún motivo aparente la vida, todos al mismo tiempo y todos el mismo día, el sentimiento de impotencia se hace tan grande que el cerebro hace "click" de manera inesperada, y este sonidito aparentemente inocente, se muestra de manera no grata y a veces no frugal. A mi por ejemplo me da amigdalitis, o dolor de espalda. A veces es peor, y me da un ataque de sueño. A otros menos afortunados (claro que no es como que yo me salve del todo, pues igual he entrado en pánico), colapsan emocionalmente o se deprimen, y es necesaria la intervención.
Si okey, todos entendemos el punto. El estrés, una repugnancia de sentimiento, que no deja ser ni es en sí mismo, sino que es en uno. Pero sólo es hasta dónde se deje a aquél ser. Esa es la premisa.

Del equilibrio. Qué tiene que ver. Bueno mi querido lector, este blog no va a tener este tema siempre ni mucho menos. Toma este primer blog, como un prefacio. Esto que estoy escribiendo ahora es la justificación de conversaciones futuras. Pero básicamente es una de las válvulas de escape que estoy construyendo para mí, y si a alguien más le sirve, pues bienvenido.

Estoy buscando un equilibrio. A veces la vida tan psico-rígida no es equilibrada. Por eso es sano salirse de la rutina, no decir el nombre, ni pretender ser intelectual, y simplemente tirar al aire (o a la red) algunos pensamientos, como para no sentirse tan solo (o al menos eso cree uno escribiendo).

Del atardecer: Todo empezó un atardecer de abril, como a eso de las 7 de la noche, y me pareció medianamente buena idea ponerle algo relacionado con el atardecer. No sé si más tarde me arrepienta (por cursi) y lo quite. Es más, ya me arrepentí, pues en realidad es un momento muy efímero.

Saludos.